
La verdad es que es fascinante ver como en un ciclo biológico íntegro, prácticamente todo se autocontrola. En mi jardín, como en el resto de la naturaleza, las plantas y los animales se asocian sacando provecho de la vida en común de forma simbiótica y espectacular.

En mi infancia cuando me fijaba en muchos de los insectos que nos rodean sentía verdadero asco, me entraban espasmos en los brazos y se me ponía cara de conejo. En innumerables ocasiones todo acababa en un pisotón, un manotazo o una sesión de tortura sin piedad. Sólo de vez en cuando ejercía mi poder para perdonar la vida y otorgar el destierro, la libertad, o destinarles a una lucha a muerte con otro oponente. Otras veces fabricaba jaulitas con tapones de corcho y alfileres o cogía cajas de zapatos y los metía allí con unos pedazos de comida y algo de agua para presumir de mi cacería y sentirme omnipotente. Incluso pensaba que les estaba haciendo un favor facilitándoles alimento o curándoles en salud.

Pero poco a poco fui adquiriendo algo de sensibilidad y dejé de hacer esas crueles prácticas aunque el sentimiento de “asquito” no se quitó del todo. de hecho hoy sigo teniendo repelús cuando me encuentro de sopetón, cara a cara, con alguno de estos pequeños seres que llamamos “bichos”.

No todos me parecían monstruos, las mariquitas y las mariposas por ejemplo siempre me han gustado, y también siempre me han llamado la atención algunas arañas y gusanos por sus extrañezas. Además, últimamente estoy invitando a mi jardín a un grupo de estos seres diminutos que viene a llamarse fauna auxiliar, que son insectos, ácaros, nemátodos…, aliados beneficiosos de los jardineros para tener un equilibrio biológico en el jardín.

El festín lo preparo introduciendo plantas en el jardín que atraen a la fauna auxiliar autóctona por sus colores, perfumes y néctares. Además, preparo estancias y cobijo donde puedan refugiarse de las lluvias, el frío y el viento como un hotel de insectos, nidos, rocallas, etc. Del banquete no me preocupo, ya está servido en el jardín de forma natural porque es el resto de animales que se ensañan con las plantas chupándolas y masticándolas, que vienen a llamarse fitopatógenos y provocan enfermedades y plagas destructivas e invasoras (Fitófagos).

Todos mis invitados, ya sean personas, animales o plantas, disfrutan de una fiesta permanente de salud, belleza y diversidad. Y los que no están invitados, corren el peligro de ser salvajemente controlados por mis amigos de la fauna auxiliar.

Por supuesto, yo estoy muy agradecido por esta biodiversidad que se ha instalado en mi jardín, por que me ha enseñado las ventajas del control biológico: No hay riesgo de toxicidad para las personas y plantas, no hay que respetar plazos de seguridad como con los productos químicos porque no existen problemas de residuos, Por lo tanto tampoco contamina el medio ambiente y mantiene el equilibrio ecológico evitando la aparición de plagas secundarias por desequilibrios porque pueden llegar a matar una amplia gama de fitopatógenos.

Debe ser que antes, hace muchos años, todo esto ocurría en nuestros jardines y plantaciones de forma natural, claro, al no existir tanto producto químico alterando el equilibrio natural de los ecosistemas…
Disfruto cada momento de esta fiesta diaria que alegra mi jardín.
IMÁGENES DE FAUNA AUXILIAR Y PLANTAS ATRAYENTES
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