«La Fuente de la Gracia. Paseo por un prado florido» Conferencia del Investigador Botánico Eduardo Barba.

«Hagan ahora el mismo ejercicio de búsqueda en su día a día, cuando vayan caminando por las calles. No hace falta que se fijen sólo en grandes árboles, pueden ser tan sólo esas pequeñas plantas que crecen en las grietas de las aceras. Admiren su belleza y vuelvan, regresen al museo y disfruten de las plantas que crecen en nuestras obras de arte. Muchas gracias por su atención y muy buenas tardes.»

Con estas palabras concluyó la magistral conferencia de Eduardo Barba, el pasado día 19 de enero, en el Museo Nacional del Prado. Una auténtica aventura artístico botánica donde el ilustre investigador puso su mano alrededor de nuestro hombro y nos acompañó al interior de una de las tablas flamencas antiguas más importantes del museo; La Fuente de la Gracia.

La Fuente de la Gracia.

No es la primera vez que hablo de Eduardo en este Blog, así que tampoco voy a repetirme en albar su capacidad de comunicación emocional que seduce desde el conocimiento impecable, y como digo, te introduce hasta los rincones más minúsculos del óleo y te descubre un sin fin de intenciones y maravillosos detalles artísticos. Sobre su trabajo en el Prado ya os hablé en otro artículo: “Patinir. Las plantas del Paraíso y del Infierno” Conferencia del investigador botánico Eduardo B. 

Yo no sé si es por mi condición de actor músico o por mi afán de trabajar en los diseños y ejecución de jardines lo que me transporta al interior mismo de las escenas que nos plantea Eduardo. Quizá sea porque las dos expresiones artísticas van unidas en nosotros por lo que veo sus propuestas como si estuviera dentro de las propias escenas como si del propio autor del cuadro se tratase. En cualquier caso, me invade la belleza y lo sublime, el ideal de un mundo mejor y más expresivo a través de lo natural. Esa es la sensación que causan en mí sus ponencias.

Detalle de una de las 20 especies representadas en «La Fuente de la Gracia».

La Fuente de La Gracia, uno de los más preciados incunables de la pintura al óleo, según Pedro de Madrazo, crítico de arte del siglo XIX, alberga en su interior hasta 20 especies distintas. Plantas e incluso árboles, que sería casi imposible descubrir en el cuadro y que de forma mágica nos presenta el botánico, trenzándolas con otras obras de arte buscando coincidencias y modelos comunes. Fresas, orejas de fraile, milenramas, caléndulas y geráneos silvestres, hiedras, o Limonio marítimo, son solo algunas de las especies incluidas por el artista en el cuadro, casi escondidas, minúsculas, pero con gran grado de detalle y similitud con las originales. Os animo a intentar descubrir esos árboles que hay en la pintura, porque están, están rodeando la escena y situándola en un absoluto paisaje natural.

Os dejo el vídeo íntegro de la conferencia y espero que lo disfrutéis, y como dice Eduardo, os deis un paseo por las calles o por el museo y descubráis este mundo de la naturaleza que nos rodea por todas partes, aún allí donde no nos lo esperamos.